lunes, 25 de octubre de 2010

Y si dejo a Emmannuelle y cojo a Julie... y si dejo a Elvira y con ella a Rocio... Angela es y sera siempre mejor que Eloisa... Todos son mejores en la vida real que en la fantasia que les invento.
He intentado renunciar y he comprendido que lo mio es retomar, que debo seguir escribiendo aunque este teclado frances no me deje poner tildes ni usar el signo inicial de interrogacion

lunes, 2 de agosto de 2010

Espero a Emmanuelle, espero con nerviosismo, con dudas, con deseo. Viene a quedarse, para siempre, si para siempre puede usarse para las vidas limitadas y las relaciones humanas y efímeras que nos limitan. Tiene un billete de venida, le falta el de ida, el de irse, el de volverse.
Le faltan horas a los días esta semana para prepararlo todo, le sobran días demasiado largos.

sábado, 31 de julio de 2010

He recordado mi primer entierro, la primera vez que tuve que decir lo siento, la primera vez que vi a un amigo llorar porque alguien había desaparecido. Intenté apoyarlo pero no lo comprendía.
He recordado mi primer entierro, ese que de verdad era mío porque de verdad yo había perdido, ese en el que las palabras de consuelo te suenan a murmullo y las lágrimas dibujan los primeros surcos de la cara.
Ayer aprendí que empezamos a crecer cuando nos enamoramos, pero no somos adultos hasta que, de repente, algo nos arranca a alguien y sabemos de pronto que el tiempo no es infinito.

jueves, 13 de mayo de 2010

Nervio, nervios y más nervios. La peina que no encontraba y que finalmente me regalaron. Los tacones, que no son altos pero con los que no sé andar. Mi madre aún no ha visto el traje de volantes, seguro que llora. Los pendientes me van a doler, hace más de un año que no uso. Cansancio, cansancio, cansancio... es lo que adivino en mi futuro próximo. La felicidad lo invade todo. Hoy lo trivial se disuelve. No voy a casarme pero estoy nerviosa como si fuera a hacerlo.

jueves, 6 de mayo de 2010

Hay dos maneras de ordenar las cosas: la clásica y la funcional. La clásica todo el mundo la entiende, puede ser por orden alfabético o cronológico o incluso estético, todo está recogido y se respira un aire de tranquilidad sacado de un cursillo intensivo de feng shui. La otra es diferente, es mejor aunque no se entienda a primera vista. Yo ordeno las cosas de manera funcional: el mando de la tele puede estar en el suelo, pero siempre a la derecha, porque es la mano con la que lo cojo; las llaves siempre están en un radio no mayor a un metro delos pantalones que me quite anoche y el libro que me estoy leyendo está en la mesita de noche... nada está en su sitio, pero quizás es que no tienen un sitio donde estar.

martes, 4 de mayo de 2010

Creo que me estoy perdiendo en aguas que no conozco.

De médicos.

No me gusta ir al médico, no me gusta, pero tengo que hacer un esfuerzo. Llevo más de una semana diciendo que voy a ir, engañándome a mi y al resto; en realidad lo hago para sentirme culpable cuando me preguntan y obligarme a levantarme temprano para ir al centro médico. No soporto su olor aséptico a desinfectante, el silencio sólo interrumpido por toses vacilantes y rozar de batas contra los pantalones... Espero que me confirmen mi diagnóstico de que es una tontería.

lunes, 3 de mayo de 2010

Reflexionando.

Tengo una sensación extraña como de levitar, no de volar, no, de levitar; como si los pies se elevaran unos centímetros, pocos, tan pocos que nadie se da cuenta pero yo sí. Levitar es un deporte peligroso porque puedes trastabillar y caerte, y nunca se sabe qué seres invisibles o qué objetos imaginados pueden hacerte tropezar.
Hace días que siento un hormigueo en la parte izquierda del pecho, como si un animalillo estuviera rascando la piel para salir, pero suavemente, sin hacer daño, es un animalillo considerado y amable, que sólo pretende su libertad, lástima que no sabe que cuando se trata del amor no hay más libertad que la de estar preso... si limara la reja y escapara de seguro moriría.
Últimamente pienso mucho en el pasado, en lo que he perdido, a lo que he renunciado. Me he dado cuenta de qué cerré las puertas a un fracaso romántico en favor de ventanas modernistas; que ese punto de perdedor me sigue atrayendo, pero prefiero la sencillez de esta victoria, de este ganar sin esfuerzo. Quizás algún día consiga olvidar el nombre de ciudades, la letra de canciones. Tengo un futuro que promete borrar huellas, eliminar cicatrices, hacer una limpieza completa del espíritu sin pasar por el quirófano. A veces las renuncias marcan el inicio. Los puntos finales por regla general carecen de sentido. Sólo indican un cambio de ritmo, de tema, de vida.

martes, 27 de abril de 2010

La vie en rose.

Es cierto, veo la vida en rosa. Llevo semanas viéndola así. Este fin de semana la he sentido así. Parece que el cristal de mis gafas de sol ha cambiado de color, se ha aclarado. Quizás sean gafas nuevas y no me he dado cuenta del cambio. No estoy segura de cómo ha pasado.
Emmanuelle ha visitado Ciudad Capital. Me ha visitado y de repente la he visto aquí para siempre; de repente no puedo imaginarla en otro lugar del mundo que o sea aquí, conmigo, bajo este sol, sobre este suelo... Con esta sensación de ilusión de prestidigitador es más fácil y más lindo seguir viviendo.

domingo, 28 de marzo de 2010

Me llaman egoísta y pasota, en parte es cierto, en parte no... no pueden entender la parte del no.

Quizás esté rompiendo reglas no escritas de mi pequeño mundo, las normas acatadas hasta ahora me aparecen absurdas y aburridas, empiezo a rebelarme contra lo que he sido, no hay elementos extraños que me hagan abrir los ojos, hay una fuerza nueva que me hace renovarme.
Cuanto más pequeño es el grupo, más cerradas son las reglas; estoy saliendo de mi tribu, viviendo en una especie de universo paralelo, como cuando de pequeña jugaba a imaginar mi vida cambiando sólo un elemento de mi pasado ¿Cómo sería sí...? De repente me encuentro me encuentro viviendo en ese condicional que los otros no entienden porque continúan en el presente o se aferran al pasado o esperan un futuro mejor. Me encuentro viviendo un sueño que no esperaba, no es que esté cambiando, es que para vivir un sueño tengo que ser otra persona.

miércoles, 17 de marzo de 2010

De regreso de París, para mi sí es la ciudad del amor.

Por fin ha vuelto el sol y ha vuelto en todos los sentidos.
Ciudad Capital brilla de forma intensa, el blanco de las escasas nubes que se le cruzan en el cielo ciegan y el azul claro que las arropa arranca suspiros y sonrisas. El sol reina en lo alto mirando con desden a todos nosotros, vasallos orgullosos de serlo.
París... hay poco que decir o quizás mucho, puede que incluso todo. He pasado mucho tiempo sin ver a Emmanuelle, mucho tiempo acumulando miedos, imaginando un reencuentro que a veces se mostraba amable y otras doloroso. La verdad es que imagine mucho pero no me acerqué a la realidad. En Orly desaparecieron los miedos, los nervios... El sol volvió a brillar este fin de semana aunque el cielo de París estuviera cubierto de nubes grises que no se atrevían a estallar en lluvia.
Las viejas fotos de mi cartera han sido sustituidas por otras nuevas y los recuerdos compartidos son más numerosos. Quizás sea una romántica, quizás sea cursi, pero espero que siempre nos quede París.

sábado, 6 de marzo de 2010

¿Dónde se ha escondido el sol?

Lluvia, lluvia y más lluvia. Parece que nunca va a dejar de llover. No me han llegado noticias de un segundo diluvio y no creo que haya ningún Neo Noé preparando una barca... ¡Dios, estas cosas se avisan!
Los pies están cansados de esta humedad perenne, hay gente a la que incluso le han empezado a salir raíces en las plantas... el cuero de los zapatos empiezan a llenarse de verdín. He llegado a ver incluso a personas escondiendo las branquias tras las orejas y disimulando con guantes los dedos que empiezan a pegarse para nadar mejor. Ellos serán los más aptos.
La lluvia es linda unos días, unos meses es deprimente. Empiezo a entender el carácter de otros que no están acostumbrados al sol. Cuando hay una gota de agua golpeando incesante la frente no puedes estar de buen humor. Espero al sol. Sigo esperándolo.

jueves, 4 de marzo de 2010

Hoy puede ser un buen día...

Cuando la gente habla del tiempo suele ser porque no tiene más que decir, porque tienen poco en común y buscan un lugar común sobre el que charlar.
A veces no es así, a veces hablamos del tiempo porque el tiempo habla por nosotros; el rayo de sol que hace días que no vemos, las nubes grises preñadas de agua fría, el trueno que hace temblar el aire... a veces todo eso explica nuestros sentimientos mejor que cualquier otra palabra.
Hoy en Ciudad Capital luce el sol, después de tres días se ha atrevido a salir, es un sol débil y tímido, un sol que apenas calienta... está preparando el terreno, cogiendo confianza... sabe que será protagonista en poco tiempo y no quiere defraudar.
Cuando empiezo el día como hoy tengo la sensación de que nada puede fallar, nadie puede estropearlo ni arrancarme la sonrisa que me he dibujad antes de mirarme al espejo. Cuando un día empieza como hoy, incluso los sueños bellos de la noche anterior parecen poco... hoy será mejor y en una semana perfecto.

viernes, 26 de febrero de 2010

A veces no me quejo cuando me despiertan temprano.

Despertar con la voz de Emmanuelle es un dulce despertar. No importa las horas de sueño, no importa las pesadillas ni el cansancio; importa la sensación de tenerla cerca, aún cuando está lejos. Me gusta mezclar la realidad de sus palabras con la ficción de mis sueños en ese estado de duermevela.
A veces me da miedo estar inventando algo que no existe, estar aprovechando que está lejos para crear algo idílico y perfecto, pero luego ella, con su seguridad, con la risa que traspasa el hilo telefónico, con los suspiros que se sienten más que se escuchan me confirma lo que no sospechaba, me da raíces para aferrarme, un tronco fuerte donde amarrarme...
Estar lejos es difícil, pero sería más difícil que no estuviera. No sé por qué, pero sé que va a seguir estando.

jueves, 25 de febrero de 2010

De resaca sin poder abrir los ojos.

Los días de resaca nunca son productivos, los días de resaca deberían estar prohibidos en el contrato laboral, ser motivo de baja.
La cabeza me funciona lentamente, no pienso bien mientras intento pescar algún recuerdo en el lago de alcohol que aún blanquea mi sangre. No recuerdo nada del día de ayer tras la caída del sol, no recuerdo haber visto anochecer, parece que ha una noche que se ha volado de mi historia.
En realidad es divertido como anécdota, pero me asusta haber hecho algo incorrecto. Necesito reconstruir la noche para estar más tranquila, hoy será un día de preguntas y de respuestas que no sé si creer.

lunes, 22 de febrero de 2010

Hoy me he despertado con el escalofrío típico que me provoca la ausencia de tu cuerpo. La lluvia gris golpea los cristales líquidos por tercer día consecutivo, el repiqueteo de las gotas contra los tejados no me dejan dormir. La humedad empieza a envolver los huesos con un resquicio de soledad.
Aún me quedo en la cama un rato más, tapada hasta los ojos, protegiéndolos de la luz artificial que acabo de prender. Me quedo un poco más intentando recordar los sueños de esta noche, intentando recuperarlos, continuarlos... Me quedo un tiempo imaginando los sueños que no he tenido, planeando un encuentro, proyectando un deseo.
Queda algo menos, pero menos ahora se me hace largo y desesperante.

viernes, 19 de febrero de 2010

Aún no son las diez...

Hoy he abierto los ojos muy temprano, demasiado temprano, apenas si había amanecido, ni siquiera era capaz de escuchar el tráfico clásico del día recién comenzado. Rayaba las ocho de la mañana y llevaba tiempo dando vueltas y más vueltas... odio tomar posturas sin encontrar la adecuada. Finalmente, he decidido levantarme, aprovechar la mañana, arriesgarme a quedarme dormida antes de que Emmanuelle me llame esta noche...
Emmanuelle acaba de entrar en mi vida, es un nuevo personaje en esta historia. Aún no está definido, no sé como tratarlo muy bien, pero espero que no se me escape de las manos como otros, ascenderlo de secundario a principal. En realidad es Emmanuelle quien no me deja dormir, he soñado hoy con ella y me he despertado nerviosa, creyendo que me había quedado dormida, que ya era demasiado tarde para esperar su llamada. Me equivoqué y ahora malgasto el tiempo frente al ordenador en espera de que suene el teléfono. Me gusta esta sensación de inseguridad que en este momento me recorre, me gusta este no manejar la situación con la seguridad de que no puede salir mal.

jueves, 18 de febrero de 2010

Hacia Otóntoron.

Cuando empecé a leer de pequeña me sumergí en el mundo de Fantasía, Ende conquistó mi vida, me convirtió en subdita de la hija de la luna, me hizo odiar la Nada. Cuando fui creciendo el pueblo mítico de Macondo sustituyó a Fantasía, era más verosímil, pero igual de mentira... la ficción seguía proporcionándome lugares para soñar.
Cuando creces olvidas los países de Nuncajamás, olvidas girar a la derecha en la segunda estrella y seguir volando todo recto hasta el amanecer... De mayores volamos en aviones metálicos a Roma, a París, encerramos la magia para hacerla real, para poder creerla.
Pero de vez en cuando, muy de vez en cuando, aparecen lugares donde no podemos ir, son ellos los que vienen; en ocasiones surgen de nuevo sitios con los que soñar.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Nunca he escrito bien envuelta en felicidad. Siempre he sido en este estado demasiado cursi para ser poeta, demasiado romántica para narrar. Emmanuelle me arranca sonrisas sin saberlo. Al levantarme, con los ojos aún llenos de telarañas, ladeo la cabeza, alzo las comisuras de los labios, mientras la recuerdo. Los sueños de la noche todavía pueblan mi cabeza.
Tengo desde hace días una percepción extraña del tiempo. Los días se hacen largos por la ausencia, por el deseo de volver a verla. Los minutos pasan demasiado rápidos cuando el hilo telefónico nos permite una artificial sensación de cercanía.
Las camisas han dejado de mancharse de sangre o al menos la mancha se quita con facilidad. Estoy curando heridas, borrando cicatrices, venciendo miedos... Sé que es un trabajo que sólo me incumbe a mi, pero un poco de ayuda siempre se agradece.

lunes, 15 de febrero de 2010

Un día triste lo tiene cualquiera. Las causa de mi tristeza son únicas e intransferibles, como todas.
Eloísa está molesta o enfadada o algo cuyo nombre desconozco pero que es igual de desagradable... solucionarlo sería fácil de disponer de un tiempo que no tiene. Eloísa estrena obra. Eloísa estrena compañía de teatro. Eloísa está demasiado ocupada estrenando. Hablaremos luego supongo, espero.
Elvira está fuera de mi vida. No se ha ido. La he echado. Me sigue costando mantenerla al margen. Era algo inevitable. Caminar con el pasado a cuestas me hacía ir demasiado despacio. Combinar en el presente el pasado y el futuro se me hacia demasiado difícil. Tenía que elegir. Escogí el futuro, y en mi futuro hay alguien que me arranca sonrisas aunque sea en la distancia.

jueves, 11 de febrero de 2010

Enamoradiza y perfeccionista. Sigo buscando imposibles en personas lejanas, a veces encuentro ilusión en las que están más cerca.
Quiero aprenderlo todo; al final me quedo en aprendiz avanzado, las escobas se me parten o se me ahogan, no sé manejarlas, pero me resulta fácil hacer que cobren vida. Si me fijo en las dificultades me hacen sonreír de medio lado, con un toque canalla, desafiante. Lo imposible es lo que me retrasa.
Me he dado cuenta que los obstáculos aumentan de tamaño de manera directamente proporcional a nuestros miedos, a nuestros fantasmas. Estoy lavando las sabanas, cosiendo los agujeros que hacían las veces de ojos, ya no quedan en mi casa cadenas que hagan ruido, debe ser el eco del viento... Un aire de valentía revuelve hoy mi pelo, los obstáculos se van disolviendo como el ibuprofeno en el agua un día de resaca.

sábado, 6 de febrero de 2010

Vale, voy a cerrar los ojos y a pedir un deseo... ya está. ¿Se hará realidad? ¿Adivinas cuál es?
Hay muchos deseos rondando mi cabeza, muchas ganas de muchas cosas. No sé si es mejor escoger uno imposible para mantener la esperanza o uno más vulgar pero más irrealizable... lo mejor: uno que creía imposible y que ha resultado no serlo.
En realidad me gusta más expresar lo que no deseo que lo que quiero, se me da mejor rechazar que exigir. Hoy no quiero quedarme en casa, no quiero quedarme pegada al ordenador en espera y captura de un mensaje olvidado... ya miraré por el movil si ha sido enviado.

sábado, 30 de enero de 2010

Un paso más con zapatos nuevos.

Aferro en el aire la mano que mi mano tomaba hace unos días, me dejo guiar por un sueño o deseo estudiado.
Aún hay quien es capaz de enredarme entre hojas violetas y cabellos claros, existe quien es capaz de mezclarme en el color verde de unas pupilas cambiantes.
Las palabras... me gusta el sonido de fonemas desconocidos, la falta de significado de palabras profundas, las sonrisas encubiertas cuando tratas de imitarlos. Las palabras... son un mero mecanismo de comunicación, de expresión, de disuasión, de seducción.
Ya he destrozado lo que me quedaba de ruinas. He prendido fuego a las murallas mal construidas de lo que antes fuera un palacio. Me conformo con una choza siempre que su tejado sea de paja fresca y no de fango nauseabundo.
Hoy es un nuevo comienzo.
Me cuesta pensar en lo que he dejado atrás.

jueves, 21 de enero de 2010

Necesito un cambio, pero no sé cual.

Las cosas se arreglan destrozándolas primero.
A la mierda con todo. Con las maletas cargadas de sueños, con los baúles repletos de deseo.
Voy a extirparme este corazón ajado, oxidado y cansado, voy a tirarlo a la basura para no volver a verlo. Voy a comprarme uno nuevo. Me he hartado de esta herida que no cicatriza y no para de mancharme las camisas con hilillo de sangre.
Un arrancacorazones sería un buen invento para esta época. Deberían venderlo en la ferretería, el kit completo: Un arrancacorazones con un corazón nuevo, de brillante acero inoxidable, sin grietas ni arañazos, irrompible, aséptico, impenetrable. En la ferretería de la esquina se le han acabado las existencias.
Quiero convertir mis manos en engranajes, en meros sistemas de producción, que no vomiten lo que mi alma grita, serán herramientas útiles de mi mundo materialista, construirán cosas tangibles, olvidarán los castillos en el aire, los cuentos de hadas, las historias que nunca sucedieron.
Los pies en la tierra, lejos del cielo que sólo se toca mediante ilusiones ópticas.
La mirada fija al frente, sin elevarse nunca, sin perderse nunca en ensueños.
Ser un ser humano al estilo que se estila, un ser humano productivo, carente de otros defectos que creía virtudes.
Ser un ser humano a la moda.

Todos se van.

Me falta pasión. El desgaste emocional de las despedidas empieza a ser patente. Dejo de sentir, de tener deseos. Casi todo está dejando de importarme. ¿Qué me ocurre? ¿Quién soy?
No sé reconocerme en este punto medio y neutral, no sé qué persona es esta que habita mi cuerpo, que apenas escribe...
Decir continuamente adios es un trabajo para el que no estoy hecha, me implico demasiado con las personas que me rodean, no sé no implicarme, no quiero saber no implicarme.
Los sueños aparecen cada vez más lejos e inalcanzables, empiezo a oir el tic-tac de un reloj, empiezo a temer al tiempo que pasa y no se detiene. Me da miedo ese monstruo intangible que destroza los cuerpos y derriba los sueños, que me convierte en autómata con piel humana.

lunes, 11 de enero de 2010

Sorprendida

Sorprendida por creer saber más de lo que sé en realidad. Sorprendida porque creo conocer a las personas sin pensar que, a veces, actúan de forma diferente y lo hacen porque yo lo he hecho previamente, porque las circunstancias son otras.
Sorprendida porque hace días que mi vida es otra y no hago más que correr detrás tratando de alcanzarla, porque tomo decisiones precipitadas justo antes de que todo cambie.
He cambiado de año apenas sin darme cuenta, creía que sería una continuidad y ha resultado ser una ruptura, no soy capaz de hilar bien todo lo ocurrido para sentirme una persona distinta. Quizás el pasado haya roto conmigo o el presente haya hecho por fin acto de presencia.
Estoy sobre unas tablas con un foco demasiado potente alumbrándome la cara. Al descubierto. Sin distinguir más que formas más allá de la platea.
Cerrando los ojos quizás sea capaz de ver las cosas de otra manera.

domingo, 10 de enero de 2010

Con los ojos abiertos desde temprano, me convierto en un egranaje más del errático caminar del mundo.

miércoles, 6 de enero de 2010

Hoy sonrío como un niño en el día de reyes para apagar los aullidos que me atoran el pensamiento.

martes, 5 de enero de 2010

Bienaventurados los que hoy reciban un regalo, porque empiezo a sospechar que a partir de una edad se da más que se recibe.

Tengo un vacío en la boca del estómago, una sensación de vacuidad que podría confundirse fácilmente con hambre si no fuera por el nudo marinero que llevo en mi garganta.
Día de reyes, día de regalos sin regalos. En mi niñez los tenía a montones. Parece que no los dosificaron bien. Me viene de familia, yo tampoco sé dosificar. Los extremos me parecen más manejables que los puntos medios. Por eso suelo perder. Las maniobras se agolpan y se entremezclan. Quizás no sea tan malo perder. Quizás perder no sea más que dejar lastre para proseguir el camino.

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