viernes, 30 de octubre de 2009

El día es un juego de naipes con sus reyes y reinas, con sus diamantes y corazones.

Me gusta los días como hoy en los que no salgo de casa hasta la caída de la noche. Me gusta esconderme de la luz del sol y engañar al tiempo que no consigue atraparme.
De fondo algo de música que hace mucho que no escucho. Perder el tiempo es el mejor modo de ganarlo.
Las estrellas suelen ser aliadas cuando no son enemigas. Esta noche quiero contar estrellas hasta que me duelan los ojos. Ahora mismo no hay ninguna a la vista. Las estrellas tienden a ocultarse en el cielo iluminado de Ciudad Capital. Necesito alguien que me ayude a llevar la cuenta de las estrellas contadas, para no olvidarlo.
Los seres humanos necesitamos del infinito para darnos cuenta de lo minúsculos que somos. Apenas un suspiro de azar detrás del jugador. Quisiera disponer las estrellas en desorden para confundir a los ingenuos científicos. Marcarme un farol con apenas una pareja y ganar. Normalmente no gana el mejor, si no el que tiene más agallas y arriesga. Creo que ahora me toca apostar a la carta más afilada.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Es el fin de fiesta.

Lo mejor de las fiestas es que terminan. Es ese caminar entre el frío mientras el resto recogen. Es ver desmantelar los artilugios de diversión, la decadencia del hueco que antes ocupaban. Es el fin de fiesta impuesto, cuando tú aún querrías más y te niegas a abandonar una sala sin música.
El fin indica la espera de una nueva, deseada porque no querías que terminara. No es irte a casa por el cansancio o por la borrachera, es irte a casa con un "el año que viene más", pero queda mucho para el año que viene.
De pequeña me encantaba jugar en las casetas de feria aún por montar, era el indicador de cinco días sin colegio, ropa nueva, juguetes nuevos y atracciones que sólo podías disfrutar esos días. Después odiaba regresar a casa y ver como menguaba todo eso. Lo que se tardaba días en montar desaparecía en apenas veinticuatro horas.
De mayor me sigue pasando lo mismo. Quizás por eso me guste más planear y montar que recoger.

martes, 20 de octubre de 2009

La muñeca izquierda se ha vuelto a poner impertinente.

Otra vez con la muñeca mal. Otra vez sin fuerzas en la mano siniestra. Quizás sea por eso. Quizás está enfadada por usarla menos que a su hermana diestra y se rebela, se pone de mal humor, se enrabieta como un niño pequeño que se pone colorado y se hincha. No puedo trabajar como quiero, como sé, esa estúpida no me lo permite. Apenas puedo teclear en el ordenador, cada pulsación me recuerda que está ahí y que piensa seguir así por muchos mimos que le de.
Esta tarde intentaré drogarla para ver si así se olvida un rato de mi y deja de molestarme, de no ser así volveré a amordazarla con la muñequera de fuerza que he comprado, incluso le he amenazado con ir al médico, pero sabe que les temo yo más que ella. A veces estaría bien conocer un poco mejor tu cuerpo y que él te conociera menos a ti.

sábado, 17 de octubre de 2009

Descansada y recuperada. A veces se necesita un descanso diferente. Las vacaciones te aislan y la vuelta se convierte en algo fantasmagórico. Los días de descanso que permanezco en Ciudad Capital me devuelven a la realidad.
El teatro forma parte de los días sin trabajo desde hace algún tiempo. Ayer fue Vagón de cola, surrealista, verosímil y musicada. Me gusta la idea de los yos reprimidos, siempre he pensado que bajo nuestra piel curtida se halla otra más frágil, más pura, de la que nos avergonzamos.
Quizás si fuéramos capaces de rascar y de mostrarla un poco dejaría de dolernos los tornillos que sujetan la máscara a nuestro rostro.

martes, 13 de octubre de 2009

Si subes lo suficientemente alto lo verás todo.

De vuelta a la realidad. De vuelta al trabajo, a las conversaciones de siempre, a las miradas cómplices. Las he echado de menos.
Todos me preguntan por Roma y yo la desvirtúo. Roma no puede explicarse con palabras. He caminado hasta dolerme los músculos, he contemplado hasta llorarme los ojos, he sentido tanto que ahora veo las cosas de otra manera.
No voy a parar hasta ver mis sueños hechos realidad, aunque para ello no cuente con mucha ayuda. ¿Quién es capaz de ver en el cielo el reflejo de un mar lejano?

viernes, 9 de octubre de 2009

He vuelto con los ojos más abiertos que nunca y el deseo de vivir avivado.

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