jueves, 13 de mayo de 2010

Nervio, nervios y más nervios. La peina que no encontraba y que finalmente me regalaron. Los tacones, que no son altos pero con los que no sé andar. Mi madre aún no ha visto el traje de volantes, seguro que llora. Los pendientes me van a doler, hace más de un año que no uso. Cansancio, cansancio, cansancio... es lo que adivino en mi futuro próximo. La felicidad lo invade todo. Hoy lo trivial se disuelve. No voy a casarme pero estoy nerviosa como si fuera a hacerlo.

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