domingo, 30 de agosto de 2009

A veces la relidad parece empañarse como un cuadro emborronado.

A contraluz intuyo tus rasgos, te imagino con otras edades, acordes a tus anécdotas. A contraluz todo parece más perfecto. A tu alrededor un aura de luz amarilla y añeja. En mis ojos un brillo que me ciega. La distancia comienza a parecer mínima. La distancia comienza a cortarse. Dos manos que apenas se rozan. Dos miradas que se tocan. Los objetos se volatilizan por inútiles. El espacio se difumina por vacuo. A mi alrededor sólo queda una imagen que intuyo pero que no consigo vislumbrar.

No hay comentarios:

Seguidores