miércoles, 12 de agosto de 2009

Finalmente regresas, vuelves a domarme con dulzura, como a una bestia estancada falta de cariño. Vuelves y me cuentas los días que no te he visto, los que no he sabido de ti.
Cada palabra pronunciada se convierte en eslabón de una cadena de adamantio, en incendio avivado por alcohol.
Alguien me dijo que no hay que creer lo que digan los personajes en el teatro, se debe ver la historia en los actos.
Tú eres mi personaje de ficción.
En ti prefiero las palabras aunque mientan, aunque no las crea.
Las disculpas no sirven de nada sin una historia detrás que las respalde.
No importa que la historia no sea real, importa que sea verosímil.
Cuéntame un cuento antes de dormir esta noche, no importa que no lo crea, importa que tenga un final feliz.

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