viernes, 29 de mayo de 2009

La persona que camina con los ojos empañados en polvo, ve el mundo de manera diferente.


Cansancio en el cuerpo pero descanso en todo lo demás; ánimo para acometer un nuevo día, valor para enfrentarme. La falta de sueño me deja una hermosa resaca como de alucinación, me parece que todo ayer fue un sueño. Las imágenes a contraluz aún me hieren las pupilas.
Aún tengo polvo en el cuerpo, el pelo blanco con una aureola de luz, aún tengo ganas de continuar caminando, de sufrir el dolor de una muñeca abierta al batir palmas, aún sigo viendo la luz del sol filtrándose entre pinos salvajes.
Una guitarrra desafinada por la pasión, gargantas rotas y exaltadas, en la boca de todos un nombre, en mi mente otro. El final siempre es triste, pero la ilusión de repetir y mejorar endulza un poco el amargo sabor en la boca. La próxima vez prometo hacerlo mejor.

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