sábado, 15 de noviembre de 2008

Fin de semana

El sábado por la mañana es un monstruo que me persigue, es una masa deforme que me advierte del tiempo muerto que se echa encima y que me abate.
Los días sin trabajo son como rutina desmemoriada, hace un tiempo era una costumbre, pero ahora no recuerdo que hacía cuando no tenía nada que hacer.
Me gusta ver como caen las hojas de los árboles, pero el calendario nos engaña y en realidad aún no ha llegado el otoño. Los árboles de hoja caduca son más valientes, no le dan miedo mostrar sus ramas secas al frío inclemente. Así serán luego más fuertes.

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