viernes, 2 de enero de 2009

En realidad el primer día del año es el día dos.

Me he refugiado una vez más en Malonne para iniciar el año. Una vez más he huido del maremagnum de la capital en estas fechas.
Hoy es el primer día del año, porque en realidad el día uno no existe, el día uno lo paso durmiendo o semiinconsciente por la resaca, es un día que no existe, que no se vive.
Me gusta empezar el año más tarde que el resto del mundo, es divertido pasar de la noche del 31 a la mañana del día dos, todo lo que ocurre en ese lapso de tiempo es como un sueño demasiado real, como un fragmento de un cuento que nunca se publicará. Nunca recordarás en una charla con tus amigos que hiciste el primer día de cualquier año.
Hoy mis padres cumplen 27 años de casados, yo llevo 26 celebrando con ellos su aniversario. Dentro de 27 años yo tendré 53, pero no celebraré el 27 aniversario con nadie. Ellos no llegan a los cincuenta, nunca los alcanzaré.
No me gustan los días de fiesta, pero me encantan los aniversarios y las pequeñas fechas señaladas.

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