lunes, 22 de junio de 2009

Llevo tres días con insomnio, pero yo jamás he sido insomne. Sufrir de insomnio significa no poder dormir, ser insomne es no conciliar el sueño. Cierto es que en estos días he velado pacientemente mis nervios como si de un fallecido se tratara, pero cierto es también que no necesito cerrar los ojos para soñar.
Hoy comienza la cuenta atrás, cinco días para cambiar el dígito final cuando pregunten mi edad. Me encanta cumplir años. Hacer balance y tirar la carga pesada como una lluvia de pétalos. Volver a tener esperanzas.
Tengo todo lo que necesito y casi todo lo que quiero: Amigos que recrean ilusiones sobre un escenario, que dan vida a lienzos, a piedras, a la tinta. Tengo amigos que adoran el papel, las calles, el vino. Persona que me empujan, me arrastran, me apoyan. Soñadores que recrean mundos, que vomitan sinceridad, que escupen cariño. Conversadores intelectuales, charlatanes entrañables, curiosos discretos, sensatos impertinentes, aventureros frustados, luchadores natos...
Tengo mis libros y la melancolía, fantasmas cobardes que nunca existieron. Tengo salud, amigos, cariño y un barco de juguete que nunca me falla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La mirada perdida entre sombras chinescas, descubriendo la noche intentando entenderla, y el reloj de la plaza señala con golpes las 3,...
otra noche más,
huyendo de mí mismo,
que fatalidad,
me encuentro en un abismo,
siempre pasa igual,
termino en cualquier sitio,
esto no es normal
y no tiene sentidoooooo.


Este single es uno de mis preferidos del 85: Trúpita - Insomnio.

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