viernes, 20 de febrero de 2009

Me duele el cuerpo de trabajar, la cabeza por la resaca y el alma por Dumas. El corazón duele, pero aún no sé por quien.

Dumas se siente vacío. Ayer estuve con él después del trabajo. No me dijo nada. No pregunté. me siento culpable. 
Dumas se siente vacío y me he enterado porque lo ha escrito, porque nadie lo ha escuchado,quizás porque todos estamos muy ocupados. Flor y Eloísa  no tienen tiempo, están con sus estudios, con sus problemas, con sus trabajos.... pero yo no tengo excusa. quizás Giusseppe tenga razón, quizás el trabajo es para mi un sustituto y me voy entregando cada vez más a él.
Hoy es me decimotercer día sin descansar, en todo este tiempo no he hablado con nadie que me importara, mis conversaciones no han sido más que una manera de diluir el tiempo ante una cerveza. 
En este tiempo he dejado de sentir el vacío del que habla Dumas, por no tener tiempo para sentir. Las búsquedas a veces se vuelven retorcidas y laberínticas, a veces son vanas y dolorosas, pero en su búsqueda quiero estar perdiéndome con él, sufriendo con él.
A veces cuando buscamos somos capaces de hallar, aunque el único trofeo sea encontrarnos a nosotros mismos.

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