domingo, 30 de marzo de 2008

Creciendo y sin querer olvidar

Los recuerdos de la adolescencia se quedan en la recamara, para preservar los dorados años de la infancia. Naufragamos buscando la realidad cuando no nos queda más que las memorias idealizadas de historias como puzzles que nos ayudaron a construir.

Cuando empezamos a olvidar comenzamos crecer, iniciamos el camino a la muerte.

Crecer es un olvidar continuo.

De niños somos inmortales porque no tenemos pasado y el futuro no importa.

De mayores olvidamos el pasado y construimos el presente en base al futuro.

De pequeños buscamos tesoros ocultos en islas perdidas.

De mayores buscamos tesoros que nos enriquezca, o no buscamos tesoros.

Seguiremos, entonces, tropezando con la misma piedra.

No hay comentarios:

Seguidores